Seres
FORMATO E-BOOK
PALABRAS DEL AUTOR
TRAS LOS PASOS DE UN CUENTO
Un cuento puede iniciar bajo la almohada y terminar fuera de la cobija. La vez que empecé a escribir un cuento fue cuando viajaba desde Caracas hacia Santiago de Chile.
En las alturas miraba extasiado las nubes planetarias sobre la tierra, y cavilé la existencia de volar. Me preguntaba por qué los hombres perdimos las alas y dejamos de ser ángeles. Cuando llegué al aeropuerto comprendí que fuimos hechos para arrastrar la vida. A partir de ahí el cuento surgió.
Desde tiempos remotos, la humanidad ha dicho cuentos. En noches de luna llena, en las estaciones del año, bajo los árboles, al ascender el fuego; entre tantos otros pretextos. Pues en este vasto caminar de la vida el cuento inicia, se desarrolla, y busca un final.
Entonces el escritor busca las palabras, y se pregunta ¿acaso el cuento no somos nosotros mismos? El lector seguro que se lleva la mano hacia la quijada y fruñe el entrecejo. Mira el papel, cree que todo está escrito.
El escritor ha fecundado un ser entre sus manos, un cuento para dejarlo escapar como duende enloquecido por el bosque. El lector critica al escritor por haberlo creado. Pero el escritor considerándose bueno, manda sus cuentos a concursos literarios esperando ganar un premio. Entonces durante todo ese proceso de ir y venir, entre viajes siderales, sensaciones, sentimientos; el cuento sigue moviéndose como destellos del río. Luego es visto por un niño, que le lanza piedras sobre las aguas para hundirse en el fondo.
Hace flotar una rama, ésta sale a la orilla, la levanta un hombre, la toma en la mano, y traza un círculo en la tierra. Al caer el ocaso pasa un perro, con su cola mueve la arena y borra el dibujo. Desde las alturas un pájaro silba cerca de un avión que sobrevuela el cielo azul. En unos de sus asientos, un hombre intentó un cuento…
Moisés Roberto Cárdenas Chacón.