El refugio de la musa
PRÓLOGO
“La vida nos acorta la vista
y nos alarga la mirada.”
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Roberto Juarroz
En el micro poema, el lector adquiere un papel protagónico, ya que es él quien entablará sus propias relaciones semánticas al encontrarse con elementos mínimos de comunicación.
El micro poema es breve en su extensión, pero intenso en su significado, tiene el poder de generar, en el lector, una especie de juego de significados, que lo lleva a desmenuzar y escarbar en el fondo de cada verso para completar lo que está y no se dijo en forma explícita en el poema.
En este poemario, Guardatti, dice mucho, mucha historia de vida, mucho aprendizaje, que el autor “simplifica” en sus poemas en cuanto a su brevedad, pero no en la complejidad del pensamiento. Es el “Refugio de la musa” y tal como titula este libro, su refugio, ese, donde la palabra aflora en sensaciones.
Al leer su obra, no puedo más que observar un camino realizado con conclusiones sabiamente esperanzadoras. A modo de ejemplo, y luego de decidir entre todos los poemas, cuáles serían, para mí, claros representantes de este significado, van los siguientes:
“Las minúsculas gotas se deslizan/ indolentes, jugando por el aire. /Frente a mi anotador/yo las observo/callado, taciturno, ignorante…”
“Cada quien va cargando su mochila, /la herencia legada por sus ancestros. / Por tanta carga hay quienes se marchitan/ y el motivo no llegan a saberlo. /De cargas heredadas averigua/ cuáles son las que te causan más peso, /y acercándote al descuido a una orilla/abandona ese lastre por el suelo.”
Retomando a los versos de Juarroz que abren este prólogo, pienso que debiera cerrar con ellos, con la mirada, ese hurgar en sentimientos más allá de los ojos, más allá del simple acto, más allá del poeta, más cerca del lector, quien le dará el significado a cada palabra.
Aldo, me emocionó, en muchos tramos, tu palabra, emoción que seguramente será eco en cada lector.
“El refugio de la musa” merece ser leído para beneplácito de quien lo tenga en sus manos, ya que llama a la reflexión del propio transitar por la vida.
Agradezco a Ediciones Mis Escritos por convocarme para realizar este prólogo que me permitió disfrutar de la lectura, tal como se hace con la buena poesía.
Elisabet Cincotta
Buenos Aires