Muertes efímeras
Prólogo
Ignacio, para sus amigos y conocidos, «Nacho», logra atraparnos con sus letras, tejiendo un increíble entramado de dudas, conflictos y finales inesperados. Siendo tan joven en su carrera literaria nos invita a rozar la muerte de forma suave, casi intangible, como si usara un retazo de seda para tocar la dureza de una piedra. Si pudiéramos recoger cada una de sus palabras y agitarlas al viento percibiríamos el ritmo acompasado de su espíritu noble, audaz, con cierta tristeza, con una tranquilidad mansa e incierta.
En el año 2002 Ignacio llegaba a este mundo y hoy nos invita a disfrutar de sus historias donde no podemos predecir final alguno.
Participante de concursos literarios Municipales, Nacionales e Internacionales, Nacho recibió menciones de Honor y diversos Premios.
«Muertes efímeras» es una mirada que revela a ese espíritu inquieto de su juventud, a la magia de la creación. Imaginar a tan joven talento es su imagen, en un cuadro junto a Edgar Alan Poe y a Norma Huidobro, sus escritores preferidos, acompañados de un soplo de romanticismo y de una pincelada de desamor, sin embargo, dentro de este paisaje existe una luz.
Podríamos llegar a pensar que en realidad Nacho lleva entre sus ropas una daga, un arma, pero su poder es, ante todo, el poder de las palabras.
Silvana D’Antoni